La pareja es una de las relaciones más importantes de nuestra vida adulta y, como cualquier relación, está sujeta a continuos cambios y crisis que, si no se resuelven, impiden el crecimiento mutuo. 

La vida en pareja no es un sistema estable, se trata de un proceso dinámico que atraviesa diferentes fases en función del momento presente de la pareja, de situaciones externas que afectan a la estabilidad de la misma e incluso decisiones personales que pueden generar tensiones.

La pareja es aquella persona con la que compartimos una parte importante de nuestra vida y nuestra relación implica, en mayor o menor medida, una visión compartida de futuro, un “construir junt@s”, un camino en común por el que andar, lo que requiere de disposición y compromiso por ambas partes. 

No obstante, como en cualquier otra relación, existen crisis y momentos de desencuentro que pueden generar conflictos y tensiones que afectan a la integridad de la pareja. El conflicto suele ser vivido como una amenaza para la relación, pero, si es reconocido y atendido, también es una oportunidad de crecimiento personal que tendrá un impacto positivo en la pareja, fortaleciéndola y haciéndola madurar, brindando a cada integrante nuevos recursos personales y habilidades de afrontamiento.

En momentos de crisis y malestar, la terapia de pareja es un recurso que puede ayudarnos a mejorar nuestra forma de relacionarnos, facilitando la comunicación y apoyando la resolución saludable de conflictos para superar las crisis y crear un “nosotr@s” mejor.